LA HISTORIA DE MI NUEVA VIDA

Hola luchadores, después de mucho tiempo vengo a retomar el blog con la historia con la que quedé finalista en el certamen literario "Mucho más por decir" en el marco del I Congreso de la Comunidad Valenciana para personas con cáncer y familiares organizado por la AECC.

Dentro historia...

¡¡Aida!! ¡No me encuentro bien! No lo hago a propósito, pero es que me encuentro fatal, de verdad. Éstas eran las palabras que le decía a mi hermana un 22 de Octubre de 2017 por la mañana. Un domingo precioso, el sol entraba por mi ventana y en mi ciudad, realizaban una feria de comercio. Dentro de mi, algo me decía que no estaba bien, yo no sabía que era, me sentía apática y sin fuerza. Una sensación desconocida y extraña.

De forma despótica le dije a mis padres que no me iba con ellos a la feria por lo que se fueron y me dejaron en casa. Al rato volvieron y yo seguía encontrándome mal. Realmente no sabría describir lo que sentía pero estaba muy hinchada y me sentía cansada. Mis padres me dijeron que si me sentía tan mal que fuéramos al médico, siempre pensando que diría que no puesto que yo siempre he sido una persona muy aprensiva con el tema de médicos. Sorprendentemente dije, vale, llevarme.

Así fue, nos fuimos al centro médico. He de decir, que esa semana me había encontrado mal, sin saber explicarlo, me sentía muy cansada e hinchada. Yo nunca he sido una persona delgada pero mi peso no correspondía a la cantidad de comida que ingería por lo que unos días antes de ese fatídico domingo fui al médico y me diagnosticaron unos gases muy fuertes.

Recuerdo casi no ser capaz de llegar al centro médico de lo cansada que me encontraba y allí estábamos, en la sala de espera del centro de salud de un domingo muy caluroso para ser octubre. De momento dijeron mi nombre y entré a la consulta. Nunca olvidaré las palabras de la persona que me atendió, pues tras oscultarme el pecho fue como si se parara el tiempo, me miró, miró a mi hermana, se quitó el estetoscopio y dijo: Deberíais ir al hospital.

Yo miré a mi hermana con asombro y ella la miró a ella. ¿Al hospital? Preguntamos, ¿Hay algún problema? Dijo mi hermana, y simplemente su respuesta fue, no sé deciros pero debéis de ir.

Con asombro, sorpresa y miedo, regresamos al coche de mi hermana con aún más dificultad para andar, me encontraba fatal.

Tras comentarle a mis padres lo que habían dicho en el centro de salud, su sorpresa fue muy grande, nadie esperábamos esa respuesta por lo que después de comer, mi padre me llevó al hospital. Os aseguro que no teníamos ni idea de mi estado, fuimos por recomendación del médico. Y una vez allí, ese domingo 22 de Octubre, empezó la pesadilla.

Ingresé de urgencias en el hospital de Elda, análisis, tac, electro, rayos, resonancia... prueba tras prueba todo salía mal, los nervios iban creciendo por momentos, ¿Qué narices me pasaba? Comentaron que podía tener un trombo, problemas en el corazón... hasta que el lunes, decidieron derivarme al hospital de Alicante. Una ambulancia vino a recogerme y me llevaron de urgencia sin saber muy bien lo que me pasaba. Mi madre siempre dice que sentía que la gente la miraba con pena y un “mucha suerte” de unos enfermeros la dejaron perpleja. ¿Qué estaba pasando?. Al llegar me ingresaron directamente en la UCI y los médicos tuvieron una reunión con mi familia.

Esa reunión en la que cuál yo no estuve porque estaba en la UCI con una mezcla de sorpresa y miedo, es definida por mi familia por “La Sala de los Horrores” y es que fue en ese momento cuando les comunicaron lo que tenía. “El caso de su hija es de extrema urgencia” rezaba el equipo de médicos.

Hemos detectado un tumor de gran tamaño que obstruye la vena cava y va directo al corazón, su situación es muy delicada. Las probabilidades de que salga bien son escasas y al abrir no sabemos lo que vamos a encontrarnos ̈.

El golpe les cambió de por vida. Siempre he sido una chica sana y me encontraba más cerca de la muerte que de la vida. Con mucho talante, al ser mayor de edad, los cirujanos tuvieron que contarme “con pinceladas” he de decir, que iba a someterme a una operación muy delicada y de la cuál necesitaban mi consentimiento. Yo simplemente firmé y mi familia entró a ̈despedirse” de mi pues me operarían a primera hora de la mañana.

Tras ocho horas de operación, que imagino serían interminables para mi familia, consiguieron salvar el corazón y eliminar el tumor, apodado más tarde como bicho. Sin duda la operación fue un éxito de todo el equipo médico.

Una semana estuve en la UCI, recuerdo que deseaba que llegara el momento en el que me subiera a planta, me encontraba tan débil que en mi cabeza no estaba irme a casa si no poder ver a mi familia y amigos más allá de la media hora reglamentada de la UCI. He de decir que me cuidaron de maravilla. Para mi era una situación afortunadamente muy nueva pues nunca había estado en el hospital. Recuerdo tras los días de UCI sentirme además de dolorida, con el pelo sucio. Ahora miro atrás y me río pero en ese momento, era un drama. Una enfermera, decidió poner solución al problema y con un peine, agua y un trozo de gasa, me trenzó mi larga melena. Que contenta y guapa me sentía.

Llegó el momento de subir a planta, por fin, pude abrazar a mis amigos, familia, y gente querida. El trato en planta fue exquisito y del mismo me llevo grandes amistades como el de mi “Enfermero Favorito“ que consiguió que el mes de mi ingreso, fuera especial. Poco a poco fueron contándome la gravedad de lo que había vivido, me sentía una heroína e iba contando la historia de mi diagnóstico como si de un guión de película se tratara.

Sumado a la ilusión de estar en planta, vinieron los momentos extremadamente difíciles del post operatorio. El 1 de Noviembre fui operada nuevamente pues después de la operación habían quedado líquidos en el pulmón que debían desaparecer.

Justo antes de mi salida del hospital, me comunicaron que el tumor era maligno, aunque se había eliminado al 99% podría existir la posibilidad de que quedara alguna partícula y que tras mi recuperación, me derivarían a oncología donde tratarían mi caso. Junto a la alegría del alta, empezó una sensación agridulce de incógnito al saber que la historia no había acabado.

Por fin llegué a casa. La adaptación fue muy difícil, muchos días de insomnio, dolores, debilidad ... pero poco a poco fui disfrutando de grandes momentos como si hubiera vuelto a nacer. El 10 de Enero tuve la primera revisión en la que mágicamente se me comunicó que todo iba bien. De momento el tumor no había dado la cara y me llené de vida y ganas de comerme el mundo. En ese momento surgió la idea de crear un canal de Youtube e Instagram donde contaba mi historia y apoyaba a la gente con enfermedades oncológicas.

La euforia duró hasta la primera semana de Junio en la que ̈el bicho ̈ empezó a ser protagonista de mi cuerpo. Desde ese momento empecé un tratamiento de quimio oral pues una micro célula se había posado en el pulmón.

El verano fue horrible, un gran dolor me invadió la pierna. En un principio se pensó que era una ciática hasta que a mediados de Agosto, decidieron hacerme una resonancia magnética donde realmente se encontró mi mayor sospecha...”el bicho había vuelto”, compresión medular con pinzamiento en vertebras. Rápidamente me dieron radioterapia para paliar el dolor y estuve ingresada unos días hasta que me mandaron a casa nuevamente. Al salir me mandaron rehabilitación a las dos semanas para que no se me atrofiasen los músculos pues podía haber un gran peligro.

Con la rehabilitación llegó la mejoría, poco a poco fui volviendo a andar, empecé a ver la luz cuando de la noche a la mañana, todo volvió al principio. Retroceso y dolores insoportables. Finalmente, decidimos ir al hospital de Alicante por urgencias puesto que algo dentro de mi, decía que no estaba bien.

Mis indicios no fallaban. Volvía a tener una compresión medular que afectaba a la movilidad por completo y ésta vez al sistema urinario. Radio de urgencia y un bloqueo mental muy grande al sentirme tan hundida de la noche a la mañana. Ahora mismo me encuentro en ese momento, en el hospital, esperando el alta tras haber acabado la radio. La parte mala es la impotencia, tristeza y dudas ante lo desconocido. La buena es estar orgullosa de lo que me conozco para así poder tener una detención precoz ante problemas que van surgiendo.

Hay preguntas que no se pueden responder, sólo podemos luchar nuestra propia batalla. 

Esta no es una historia triste, es una historia de superación y fuerza. De coraje y valentía.

Gracias por haberme dado la oportunidad de plasmar en papel mi historia. 

Felicidad París.